Cuentas sombra: lo que los jóvenes publican cuando nadie los ve
- lotcomunicacion
- 8 dic
- 2 Min. de lectura
En redes sociales vemos fotos felices, frases bonitas y vidas aparentemente perfectas. Pero detrás de muchas de esas cuentas públicas existe otra realidad que casi nadie ve: las cuentas sombra.
Las cuentas sombra —también llamadas segundas cuentas, cuentas alternas o “finstas”— son perfiles que muchos adolescentes crean para publicar lo que realmente piensan, sienten o viven… pero sin que lo vean sus padres, maestros o su entorno más cercano.
No siempre son algo negativo, pero sí son una señal clara de cómo se están relacionando con la presión social, la identidad y la comunicación.
¿Por qué los jóvenes crean cuentas sombra?
Las razones más comunes son:
Miedo al juicio de los demás.
Necesidad de expresarse sin filtros.
Presión por mantener una imagen “perfecta” en su cuenta principal.
Falta de confianza para hablar abiertamente con adultos.
Búsqueda de identidad y pertenencia.
En su cuenta pública muestran lo que “deberían ser”. En la cuenta sombra muestran lo que realmente son.
¿Qué publican en esas cuentas?
En muchas cuentas sombra los jóvenes comparten:
Tristeza, enojo, frustración o ansiedad.
Conflictos familiares o escolares.
Pensamientos que no se atreven a decir en voz alta.
Opiniones que temen que sean criticadas.
No es solo un espacio digital. Para muchos, es un refugio emocional.
¿Es algo peligroso?
No todas las cuentas sombra son riesgosas. Pero sí pueden volverse un espacio vulnerable cuando:
Reciben ataques sin supervisión.
Se normaliza la tristeza extrema o la autolesión.
Se generan dinámicas de aislamiento.
Se comparte información sensible sin protección.
El problema no es la cuenta en sí. El verdadero foco está en por qué sienten que solo ahí pueden hablar.
El mensaje que hay detrás
Cuando un adolescente necesita esconder lo que piensa, algo importante está ocurriendo:
Quizá no se siente escuchado.
Tal vez teme decepcionar.
O simplemente no sabe cómo expresar lo que vive.
Las cuentas sombra no son rebeldía. Muchas veces son una forma silenciosa de pedir ayuda.
¿Qué podemos hacer como adultos?
Más que vigilar, hay que construir confianza. Algunas claves:
Escuchar sin interrumpir.
Evitar burlas, regaños inmediatos o castigos automáticos.
Preguntar con interés real, no como interrogatorio.
Validar emociones, aunque no siempre estemos de acuerdo.
Crear espacios donde puedan hablar sin miedo.
Cuando un joven se siente escuchado en casa, no necesita esconder su voz en internet.
La gran lección
Las cuentas sombra nos recuerdan algo muy claro:los jóvenes no buscan ocultarse por maldad, sino por necesidad de comprensión.
Si no encuentran espacios seguros en la vida real, los buscan en el mundo digital.
Porque sí: TODO COMUNICA.Y a veces, lo que más nos dice alguien… es justo lo que no se atreve a publicar en su cuenta principal.
Por.- Oliver Olea

























Comentarios